Hay muchos abonos caseros para plantas, pero no todos funcionan igual ni aportan los mismos beneficios. Algunas opciones ayudan a mejorar la tierra, otras aportan nutrientes esenciales y unas más sirven como complemento ecológico para reducir residuos en casa. Hay que saber cómo y cuándo usarlos.
Por otro lado, cada vez más personas apuestan por alternativas naturales hechas con restos de cocina. Lo mejor de todo es que muchos de estos remedios caseros son fáciles de preparar, económicos y seguros. Además, se pueden aplicar consejos y trucos para que la planta tenga una vida más larga.
En este artículo conocerás por qué vale la pena usar abonos caseros. El objetivo es que conozcas varios de los más efectivos y te daremos una lista con ejemplos. Con esto tus plantas tendrán un espacio saludable para crecer. ¡Comencemos!
- ¿Por qué usar abonos caseros para plantas?
- Ejemplos de abonos caseros para plantas
- ¿Cómo hacer abonos caseros para plantas?
¿Por qué usar abonos caseros para plantas?

Las principales razones para utilizar abonos caseros para tus plantas, son las siguientes:
- Se trata de una fuente rica en nutrientes que ayudan a mejorar la estructura del suelo.
- Fomentan la actividad microbiana.
- Fortalecen el crecimiento de las raíces.
- Al ser orgánico, pueden liberar nutrientes de manera progresiva y evitar excesos que dañen las plantas.
- Permite utilizar desechos del hogar para darles una segunda vida.
Ejemplos de abonos caseros para plantas
Te hablaremos de once productos que quizá tengas en casa y que te servirán como abono de plantas.
Posos de café
Aportan nitrógeno y mejoran la acidez del suelo. También ayudan a repeler caracoles y hormigas. Puedes esparcirlos directamente en la tierra o mezclarlos con compost.
Mondas de patata
Son ricas en potasio y almidón, y ayudan a revitalizar plantas marchitas. Se recomienda hervir las mondas, dejar enfriar el agua y usarla como riego una vez a la semana.
Granos de arroz
El agua de remojo o cocción del arroz es rica en minerales. Puedes usarla como abono líquido después de dejarla enfriar. No debe contener sal ni aceites.
Pieles de cebolla

Contienen azufre, potasio y antioxidantes. Hervidas en agua, se transforman en un excelente abono líquido para plantas verdes o de flor.
Cerveza sin alcohol
Contiene levaduras y azúcares que estimulan la actividad microbiana del suelo. Se aplica diluida en agua (una parte de cerveza por tres de agua) y sirve como riego esporádico.
Pieles de plátano
Son una fuente natural de potasio, fósforo y calcio. Para usarlas, es ideal cortarlas en trozos pequeños y enterrarlas cerca de las raíces o secarlas y triturarlas para añadir al sustrato.
Cáscaras de huevo
Aportan calcio, que es esencial para el desarrollo de raíces fuertes. Lo ideal es triturarlas bien antes de mezclarlas con la tierra. También sirven para espantar algunas plagas.
Lentejas
Las lentejas contienen auxinas, unas hormonas vegetales que estimulan el crecimiento. En este caso, puedes germinar lentejas y usar el agua para regar las plantas. También puedes preparar una infusión con las lentejas cocidas.
Vinagre
Otro método es diluir una cucharada de vinagre blanco en un litro de agua. Con esto se crea un riego ácido que favorece a plantas como hortensias, azaleas o gardenias. Pero recuerda que se debe usar con moderación para no dañar el suelo.
Césped
Los restos de césped recién cortado son ricos en nitrógeno. Puedes añadirlos al compost o dejarlos secar para crear una capa protectora sobre la tierra que también mantiene la humedad.
Orina
Esto se usa porque contiene nitrógeno, fósforo y potasio. Sin embargo, para usarla como fertilizante, debe estar diluida en una proporción de 1 parte de orina por 10 de agua. Solo se recomienda en plantas no comestibles y en exteriores.
¿Cómo hacer abonos caseros para plantas?

Hacer abonos caseros para plantas es más sencillo de lo que parece. No hace falta tener herramientas sofisticadas. Solo debes con aprovechar residuos de cocina y seguir algunos pasos básicos:
- Seca o tritura los ingredientes: Cáscaras, posos o restos deben estar secos o bien procesados para facilitar su absorción por la planta.
- Prepara infusiones o macerados: Algunas pieles y verduras se pueden hervir o dejar en agua por varios días para obtener un abono líquido.
- Aplica directamente sobre la tierra: En el caso de los polvos o sólidos triturados, puedes mezclarlos con el sustrato o esparcirlos alrededor del tallo.
- No uses ingredientes con sal, aceite o azúcar: Estos componentes pueden alterar el pH del suelo o atraer insectos no deseados.
- Observa la respuesta de tus plantas: No todos los abonos funcionan igual para todas las especies. Si notas cambios negativos, suspende el uso o ajusta la dosis.